Juego Venezuela vs Perú en Perú

En territorio peruano me tocó ver el juego que se disputó ayer entre mi selección, la Vinotinto, y la selección peruana. Así fue como me acerqué a la reconocida «calle de las pizzas» en Miraflores, distrito turístico de Lima.
Un amigo me envía un mensaje de texto diciéndome que me acerque a la mencionada calle para ver el juego con un grupo de venezolanos.
Cuando llego al lugar me sorprendo al ver que casi todos los restaurantes estaban repletos de gente con la famosa gorrita de Venezuela que ya se ha convertido en un ícono pop de nuestra nación. La tarea ahora era encontrar puesto. No conseguí. Entro a un restaurante a esperar a mi amigo y mientras lo hago saludo amablemente a varios que llevaban mi bandera en el hombro. Todos me ponían mala cara o, sin preguntar, me decían que el asiento estaba ocupado, ¡vaya, solo saludaba!
Finalmente llega mi amigo y comienza a sonar el himno nacional. Todos lo entonan con euforia y, por supuesto, aunque es claro que no debe hacerse, lo aplauden.
Pasado veinte minutos después de haber comenzado el juego, y haber recibido una tarjeta roja, ya me quería ir de allí, no por el juego sino por la barra venezolana. Por más que la barra vinotinto fuese grande, la peruana, lógicamente estando en su país, la superaba con creces. Los vinotintos gritaban sus clásicos vocativos: «árbitro pajúo, vendío, hijo e’ puta, maricón», entre otros. Basta que un jugador de Perú cometiese un error para que comenzaran con un «ayyy mariquito». Cuando el equipo peruano estaba a punto de anotar un gol, pero aún no lo conseguía, la barra gritaba: «vee, guevón… ¡llora, llora, llora!».
La barra peruana estaba tranquila dentro de lo que significa esa palabra en un juego de fútbol. Sus cánticos eran más tipo «Perú, Perú, Perú» o «…esta noche vamos a ganar». Eso al principio. Creo que el bullyng de los venezolanos consiguió que casi a punto de terminar el juego, cuando los peruanos tenían la victoria asegurada, cantaran «¿y dónde están, y dónde están esos venecos que nos iban a ganar?». Bien es sabido que la palabra «veneco» es una forma despectiva de referirse hacia los venezolanos. No los culpo, hasta yo, que cargaba mi cédula venezolana en el bolsillo, lo sentí merecido.
Durante el medio tiempo, antes del gol de Perú, estaba la prensa peruana filmando a ambas barras (peruana y venezolana), y entrevistaron a varios de mis compatriotas. Vi a chicas con acento venezolano decir: «les vamos a ganar 2 a 0 papá», «Perú no tiene vida», «Vamos ganando solo que este árbitro ta’ vendío». Chicos decir: «Esto ta ganao’ papá, esos guebones no nos van a ganar», «Maricones, uhhh», y más.
La TV peruana me colocó el micrófono, no sé si al final transmitirán lo que dije porque andaba desarreglado y probablemente no sea material interesante para el amarillismo, pero mis improvisadas palabras fueron: «el juego está reñido y me gustaría que la victoria fuese de mi país, pero gane quien gane somos tierras hermanas, y Perú nos ha recibido muy bien en su territorio, estamos agradecidos por todo y que gane quien tenga que ganar. Si es mi país, feliz, si es el de ustedes, los felicito».
A propósito de esto, durante el segundo tiempo, y antes del primer gol, un maracucho nos comenta a mi amigo y a mí que necesita que ganemos para restregárselo en la cara a los peruanos porque no los soporta para nada. Mi amigo le dice «qué mal que te esté yendo mal en el país», a lo que responde que «el país no me ha tratado mal, Perú me ha tratado bien, pero su gente no, no la soporto». Yo le pregunto: «¿Y quién hace el país?». Es como cuando decimos que una relación sentimental va bien pero que la culpa de que yo me sienta mal la tiene el otro, ¿quién hace la relación? Ambos. Entonces, probablemente, sea yo el de la falla.
Estamos en su país, nos han tratado muy bien, somos nosotros quienes debemos acostumbrarnos a su cultura, no ellos a la nuestra, aunque eso nos lo vienen repitiendo muchas veces desde la ola migratoria, no terminamos de entenderlo.
Después de tanto bullyng que hizo la barra vinotinto a la peruana, quedaron, o quedamos, porque también soy venezolano, como ridículos. Le hemos regalado buen material a la TV peruana (:

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